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El futuro de los informes puede no estar en la sala de informes

Por Roberto Ribeiro da Cruz, CEO de Pixeon em 20 de marzo de 2018

El futuro de los informes puede no estar en la sala de informesEn el comienzo de la revolución industrial, la fuerza de las aguas garantizaba el suministro de energía para la maquinaria. Toda fábrica necesitaba estar cerca de un río que hacía girar molinos para obtener esa energía. La transformación del vapor en fuerza motriz sacó a la fábrica de la orilla del río. Pero aún así, eran necesarios equipos complejos de transmisión y una posición de las máquinas que no armonizaba con el flujo del trabajo.

 

La electricidad vino después, con una ventaja increíble. La maquinaria podría recibir separadamente la energía, y así los dueños de las fábricas conquistaban una nueva flexibilidad para expandir la operación y organizar de forma coherente el flujo de trabajo.

 

La libertad que algunas tecnologías traen son una revolución para los sectores donde son aplicadas. Conté esta pequeña historia para mostrar que una nueva tecnología puede cambiar la forma como trabajamos, afectando diversos sectores de la economía y revolucionando el flujo de las actividades. En el área de la salud no podría ser diferente.

 

En radiología, por ejemplo, las nuevas estaciones de trabajo o aún módulos de visualización en el PACS pueden ofrecer condiciones de diagnóstico mucho más avanzadas, por lo que muchos sostienen que el futuro pode estar dentro de las salas de informes. Creo que, a pesar del PACS ser el camino lógico para la optimización del diagnóstico, no creo que eso ocurrirá en la sala física de informes.

 

Desde hace algunos años, ya es factible resolver una duda remotamente con un médico radiólogo o un profesional efectuar un informe de una institución de salud distante del lugar donde la imagen fue adquirida. En 2014, Thomas Friedman ya contaba, en el libro El Mundo es Plano, cómo los hospitales americanos pequeños y medianos subcontrataban médicos australianos para la elaboración de los informes de las tomografías, pues así aumentarían la velocidad de entrega, al fin y al cabo hay un huso horario que lo favorecía. Una vez hecha la adquisición, la imagen está en la nube y puede ser accedida en cualquier lugar, ya no existe barrera para esta cuestión.

 

Claro que hay mucho que caminar aún para que el informe se haga en aparatos móviles, como una tableta o un celular, y para que no necesitemos más la sala física de informes. Todavía  hay cuestionamientos como la resolución de los monitores, por ejemplo, que obedecen normas que requieren una resolución mínima adecuada para la visualización correcta y segura de un examen. Eso, tal vez en un futuro próximo, ya no sea más un gran obstáculo. La tendencia es el abaratamiento del precio de los monitores de altísima resolución y el perfeccionamiento de las pantallas para aparalos móviles para visualización más fidedigna. Este futuro no está tan lejos como parece, la movilidad de los equipos y la conexión de internet están cada vez más accesibles.

 

Esos puntos caracterizan una nueva revolución tecnológica en el área de la salud, muy similar a aquélla que la electricidad trajo a las fábricas, con una mayor movilidad y flexibilidad en el flujo de trabajo. La consecuencia de eso es palpable, no solo en el mercado, sino también para el paciente, pues una mayor agilidad en la entrega de los informes puede anticipar tratamientos y consecuentemente salvar vidas.

 

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